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lunes, 12 de abril de 2010

RELACIÓN FAMILIA-PROFESOR

MEDIOS PARA MEJORAR LA RELACIÓN ENTRE LA FAMILIA Y LA ESCUELA

Hoy en día es muy importante que trabajen de manera conjunta familia y escuela, y para que esta cooperación sea efectiva se hacen necesarios espacios y tiempos, donde ambos contextos puedan compartir información, responsabilidades en cuanto a hábitos y actitudes, creencias, expectativas, etc., frente al hecho educativo.

Para Mañani y Sánchez (1997) cuando la familia llega a la escuela se adentra en un lugar desconocido donde no se sabe de entrada qué actitud adoptar, cómo manifestarse, cómo participar y, en definitiva, “cuál es su papel” en ese mundo, por ello sería más sencillo que fuese la escuela la que diera el primer paso, la que facilitase canales y formas de comunicación e intercambios. Por ejemplo las reuniones iniciales con los padres pueden ser un buen momento, los intercambios comunicativos informales e individuales, o reuniones planificadas en las aulas, etc.”.

Es imprescindible buscar canales de colaboración para que ambos contextos (familia y escuela) encuentren un espacio y tiempo para poder comunicarse, interaccionar, intercambiar informaciones, estrategias, recursos, etc.

Simón (1966), expone que los padres deben confiar a los maestros durante varios cientos de horas anuales a sus hijos, y se plantea si estos padres no querrán conocer a esa persona con quien debe compartir su hijo,..., sería necesario reunirse con esas personas e intercambiar impresiones. Para Simón los maestros que se esfuercen por comprender a sus alumnos deben conocer a los padres, porque ¿quién podría negar que dos personas, embarcadas en la misma empresa y persiguiendo el mismo objetivo, conseguirán más si se ponen a resolver el problema en común?. Si los padres se mancomunan en la labor educativa y si el niño siente, en sentido positivo naturalmente, el encuentro entre el maestro y los padres, surge una atmósfera de trabajo más propicia. Por ello sería conveniente para lograr así una mayor participación de los padres, buscar el momento más propicio de las reuniones; el día de la reunión saludar previamente a los padres de forma individual, agradecer su asistencia, averiguar los temas educativos que más interesan a los padres, etc.

Villalta (1989) expone que muchos padres se quejan de que cuando convocan a los padres para realizar alguna actividad, son pocos los que asisten o que siempre son los mismos. Cuando se planifique una actividad ésta ha de ser minuciosamente preparada; hay que tener en cuenta el día, la hora, la forma de comunicarlo... Por ello, Villalta propone una serie de sugerencias para aumentar la participación y/o asistencia de los padres: convocatorias, pancartas, murales, megafonía, cuñas radiofónicas, agendas de los periódicos, recordatorios...

Convocatoria: Consiste en una hoja donde se convoca a una actividad para un lugar y fecha determinada. Se recomienda que sea atractiva, concisa, precisa y completa; que se entregue dentro de los plazos suficientes (con dos o tres días de antelación).

La distribución se puede hacer:

- A través de la escuela (claustro, director, conserje).

- A través de los delegados de curso.

- Directamente por los padres a la entrada de la escuela, a los niños o a los padres que van a esperar a la salida de la escuela.

- Colocando un cartelito en las tiendas cercanas a la escuela. Tratar que la convocatoria esté situada en un lugar bien visible.

Pancartas: Son paneles de papel o tela perforada donde se convoca o anuncia una actividad. Puede colocarse a la entrada de la escuela y/o en sus alrededores. Su uso debe reservarse para actividades excepcionales.

Murales: Son papeles rectangulares de cualquier soporte de una superficie superior al metro cuadrado, donde se pueden anunciar actividades mediante montajes y "collages" de distintos materiales (fotos de prensa, titulares a mano, diagramas, dibujos, etc.).

Megafonía: El sistema de megafonía puede instalarse a la entrada de la escuela o bien en un coche. Se recomienda grabar previamente una cinta dando el comunicado con música de fondo y ponerla a la salida y/o entrada de clases durante 5 ó 10 minutos.

Cuñas radiofónicas: A través de las radios municipales se puede ofrecer muchas veces sin el menor gasto la información a la comunidad. Sólo es necesario coordinarse con el jefe de prensa de la radio y dar la información con algunos días de antelación. Algunas radios se prestan también a realizar entrevistas en directo sobre actividades de interés general, como son las Escuelas Activas de padres.

Agendas de los periódicos: Muchos periódicos ofrecen de forma gratuita un espacio en sus agendas informativas para comunicar actividades de tipo comunitario. Sólo es necesario enviarla por escrito o avisar por teléfono con 15 días de antelación.

Recordatorio: Trozo de papel de 20 por 5 cms. Donde se recuerda la fecha, hora, lugar de actividad. Se recomienda distribuirlo el mismo día o el anterior a la reunión al mediodía.

Otras formas de comunicación: Otras formas de comunicación son las octavillas, los boletines u hojas informativas de aparición regular, o las circulares y comunicados puntuales, los contactos personales, o por teléfono.

A continuación, proponemos otro pequeño compendio de estrategias, vías, mecanismos, para que la relación familia-escuela se estabilice, mejore o inicie sus andaduras:

Los folletos, cartas, panfletos y manuales para (Vukelich, 1984) son una buena vía manual para transmitir información a los padres. Otra posible vía es la difusión a través de organismos de la comunidad (boletines, circulares, etc.). Del mismo modo propone los cursos y talleres.

Cursos y Talleres: Los cursos y talleres posibilitan que las familias participen en actividades prácticas que se puedan realizar conjuntamente en casa. Construir juegos y materiales, compartir las técnicas de narración de historias, implicarse en los procesos de lectura.... resulta altamente efectivo. La participación de los padres en los talleres, ofrece oportunidades para que los mismos puedan a sus hijos, pueden llegar a comprender mejor principios que para los padres pueden resultar abstractos y complejos.

Bassedas (1993), realiza las siguientes propuestas para mejorar la relación familia-escuela: informes, escritos informativos, fiestas y celebraciones, colaboración en tareas educativas:

Informes: En estos documentos se trata de informar por escrito de la evolución seguida por el alumno a lo largo de un trimestre o un curso y de la valoración de su proceso de aprendizaje. Es conveniente que se utilice un lenguaje asequible, no centrarse exclusivamente en los aspectos de contenidos académicos, sino que es necesario que se haga referencia también a los aspectos relacionales y de adaptación social. Tras la entrega del informe podría ser conveniente una entrevista personal para recabar más datos. Las familias, asimismo, pueden solicitar información complementaria personal acerca de lo escrito en el informe.

Escritos informativos: Es necesario establecer canales de comunicación que permitan que todos los padres estén informados de las actividades complementarias que se realizan en la escuela.

La información escrita podría ser a través de una revista, notas escritas entregadas a mano, boletín informativo, periódico, pancartas, carteles...

Fiestas y Celebraciones: Celebrar fiestas de Navidad, Carnaval, fin de curso... crea la posibilidad de establecer un encuentro entre padres y profesores fuera del horario escolar y/o laboral. Siendo esta actividad una ocasión para que unos y otros se conozcan y posibilite un mejor conocimiento entre unos y otros.

Colaboración en tareas educativas: Los padres y las madres, con sus experiencias diversas, sus profesiones, sus habilidades, pueden ser una fuente de información y de conocimiento que demasiado a menudo se olvida. La escuela puede aprovechar de modos diferentes esta experiencia: mediante colaboración en talleres de pequeño grupo, mediante la ayuda en la realización de material necesario, entre otros.

Entrevistas: Las entrevistas con los padres son el mejor medio que tiene el profesor para comunicarse con ellos, ya que se pueden intercambiar ideas e información. París y Carbonell (1982) consideran que a través de las entrevistas se podrían plantear las diferentes cuestiones relacionadas con la personalidad del niño, al mismo tiempo que los padres participan y expresan sus opiniones podemos conocer otros aspectos de la vida del niño que quedan más alejados del ámbito escolar, como por ejemplo su ámbito familiar, relaciones con los hermanos, actividades extraescolares... Por lo que las entrevistas enriquecen a los padres pues se analiza la evolución del alumno en todos los aspectos que lo configuran (personalidad, aprendizajes, sociabilidad...). Este intercambio permite a los padres conocer la actuación de sus hijos con los maestros, ante el trabajo, aprendizajes. Y para el maestro constituye un acercamiento a la realidad familiar de su alumno. Para ellos las entrevistas son un momento de reflexión conjunta, en el que se pueden plantear las cuestiones de forma abierta, marcándose pautas de actuación conjunta e ir dando a los niños recursos individuales; pudiendo ser así satisfactoria la evolución de los alumnos.

En el transcurso de las entrevistas se deben dar varias condiciones (AA.VV., 1987): que el lugar de la entrevista favorezca la intimidad, evitar las barreras físicas entre el entrevistador y el entrevistado, crear un clima cordial, facilitar una situación relajante, explicitar al inicio de la entrevista el objetivo, escuchar y hacer notar nuestro interés sin adelantarnos a las manifestaciones de la otra persona, ser claros y concretos en nuestras afirmaciones, al final de la entrevista hacer un resumen de lo tratado y de los acuerdos tomados y, procurar una despedida cordial.

Por lo que se ha de evitar absorber la entrevista con nuestra charla, convertir la reunión en un interrogatorio, pretender solucionarlo todo en una entrevista, exteriorizar que no disponemos de mucho tiempo, demostrar nuestra preocupación por el problema como si fuera irresoluble, pretender hallar los culpables de las situaciones negativas, adoptar tonos o actitudes autoritarias, ser dogmáticos.

Cuestionarios: El cuestionario consiste en un conjunto de preguntas estructuradas acerca de un tema; habitualmente se aplica por escrito a un determinado número de sujetos. Es el instrumento adecuado para recoger la información mediante la técnica de la encuesta (Casanova, 1995).

En la formulación de las preguntas hay que asegurar que los sujetos no falsearán sus respuestas para "quedar bien": las personas tienden a aparecer como creen que deberían ser y no como son realmente (Bisquerra, 1998).

El cuestionario o el inventario pueden ser aplicados por el evaluador en una relación directa o bien convertirse en un autoinforme de las personas implicadas (Pérez Juste y Martínez Aragón, 1989). Esta técnica se presenta bastante interesante si elaboramos un cuestionario claro y sencillo donde se planteen cuestiones sobre el número de miembros familiares, estudios, trabajo...; gustos alimentarios del niño, juegos-canciones-dibujos animados... preferidos, historial médico, etc. Los padres traerían el cuestionario cumplimentado de casa y luego se iría ampliando y contrastando con tutorías posteriores y la observación de cada uno de los alumnos.

Elección de delegados de curso: (AAVV, 1987). El delegado es un padre o una madre elegido por los padres de un curso como su representante. Las funciones del delegado serán:

a) De enlace entre el maestro y los padres del curso y entre los padres del AMPA, de todos aquellos temas que no sean estrictamente individuales.

b) De portavoz de las iniciativas del curso frente a los maestros y a la Junta del AMPA.

c) De coordinador entre los padres del curso, fomentando la comunicación y el desarrollo de las iniciativas.

d) De transmisor de información a los padres del curso.

Vila Mendiburu (1995), igualmente realiza algunas propuestas para intentar acercar y hacer más fructíferas la colaboración familia-escuela: la familias en el aula, talleres conjuntos, reuniones informales:

Familias en el aula: Se le permitiría a las familias la entrada en las aulas para ver en directo qué hacen los niños, cómo se relacionan, ver cómo participan en talleres. Después los profesores comentan con los padres lo que han visto y discuten conjuntamente sobre la educación de los niños.

Talleres conjuntos familias-educadores: Hay dos tipos: en unos, las familias y los maestros, junto con los niños construyen materiales para las actividades escolares. En otros, los maestros aprovechan las habilidades de los padres y organizan actividades en las que la responsabilidad educativa queda compartida (música, cerámica, plástica...).

Reuniones informales familias-educadores: Una vez a la semana, después de comer, las familias que lo desean se juntan con un grupo de educadores para tomar café y charlar amigablemente sobre la educación de los niños. Se trata de crear un marco conjunto de reflexión en el que se puedan expresar dudas, compartir incertidumbres...

Manuales de estimulación: La escuela facilita unos materiales para iniciar desde ese momento y desde la propia familia la educación de su hijo/a. A través de la lectura de los manuales mes a mes han sido continuadores y partícipes de lo que se ha ido haciendo en el centro (Mosquera y Aguirre, 1996).

Cuadernos de información: Mosquera y Aguirre (1996) “el cuaderno de información es una especie de “cuaderno de campo” en el que se anota día a día los datos más significativos del devenir diario de nuestros hijos e hijas. Esta experiencia está demostrando continuamente su validez y utilidad para potenciar una co-acción simultánea entre padres y educadores; gracias a él se pueden seguir los progresos que se van realizando en la conquista de habilidades”.

Asamblea de padres de clase o nivel: (Colom y otros, 1998). Órgano de participación específico y propio de los padres. Se puede realizar a principios de curso y tantas veces como se considere necesario.

Dicha asamblea puede tener las siguientes finalidades:

- Informar sobre el proyecto de trabajo con los alumnos.

- Intercambiar opiniones.

- Coordinar a padres y profesores en determinados aspectos y/o criterios educativos.

- Proponer la participación de los padres en las actividades educativas en el aula y fuera de ella.

- Elegir vocales de aula que representen a los padres.

Comisión de trabajo de las asociaciones de padres: (Colom, 1998). Esta comisión podría realizar funciones como:

- Organizar talleres y apoyar las actividades educativas del centro.

- Coordinarse con otras AMPAs.

- Seguimiento y evaluación de proyectos.

PROPUESTA GLOBAL PARA FAVORECER LA COLABORACIÓN DE PADRES Y PROFESORES.

Tomando como referencia lo aportado por la investigación y las experiencias desarrolladas (Martínez-Gonzáles, 1996) nos atrevemos a aportar una serie de notas que pueden hacer más eficaces los esfuerzos de colaboración entre familias y escuelas. Muchos han propuesto el término “partnership” para referirse al proceso que conlleva que padres y profesores aprendan a trabajar juntos, valorando lo que cada parte puede aportar a la relación.

- No puede separarse la vida del alumno en la escuela y la del hijo en el hogar, que la colaboración escuela-familia es una respuesta necesaria, en la que escuela adquiere una dimensión de servicios a las necesidades del alumno y sus familias, y estas, aunque importantes, contribuyen al rendimiento de los niños sólo como “potenciales facilitadotes”. Mejorar la comunicación y reflexionar sobre los instrumentos de intercambio de información entre padres y profesores ha de ser un objetivo prioritario hacia las características de “reciprocidad” y la “mutualidad”

- Asumir como procedimiento la diversidad de la IP, lo que conlleva un doble requerimiento: a) Incrementar el conocimiento sobre las principales dimensiones en las que las familias pueden variar , las principales áreas de influencia de la familia en el logro de los alumnos y las necesidades, las creencias, los valores y estrategias educativas. b) Aceptar que existan diversas formas de IP, todas igualmente validas, que los padres tienen diferentes necesidades y aportan diferentes recursos.

- No se debería minusvalorar el impacto de los aspectos organizativos concretos que posibiliten la IP como elemento esencial en le proyecto educativo de centro, ni volar que la iniciativa debe partir de la escuela, por ejemplo, la asistencia de los padres a las reuniones, incentivar a las familias, favorecer la creación de redes de servicios.

- No hay que perder el plano de lo particular y recordar que el nivel que más interesa a los padres es el que está directamente vinculado con su propio hijo.

- Es necesaria la formación de profesorado en el entrenamiento en habilidades de comunicación y en actividades de colaboración con las familias.

- Pensamos que la legislación debería adoptar una posición abiertamente facilitadota de las relaciones entre padres y educadores, estableciendo claramente una vinculación más extensiva e intensiva entre la AMPA y el Centro Escolar, incrementando la autonomía de los Consejos Escolares, eliminando la asimetría entre padres y profesores en su composición y promoviendo que sus actuaciones se centren fundamentalmente en lo educativo y curricular, sin renunciar a las actividades complementarias y extraescolares.

Estas recomendaciones no son las únicas posibles y que no son fáciles de incorporar en los modos de pensar y actuar

UNA RELACIÓN DE CONFIANZA PADRES Y MAESTROS

Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.

Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores.

CARACTERÍSTICAS DE LA RELACIÓN FAMILIA-ESCUELA

El principio de subsidiariedad es el que marca esta relación. Es la familia quien tiene el derecho-deber de la educación.

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Son los padres quienes tienen la posibilidad de decidir acerca de las cuestiones esenciales: más, a medida que los hijos son menores.

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Son los padres quienes eligen el centro educativo, sobre todo en las etapas de Educación Primaria y Secundaria. Ayudan a los hijos también a elegir los amigos al situarles en determinados contextos sociales, don, de se entablan las relaciones de amistad.

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Son los padres quienes, como consecuencia de su estilo de vida, relaciones, conversaciones, juicios, etc., van creando una cultura familiar que es clave en todo el proceso de maduración de la persona, de tal manera que muchos de los referentes en la toma de decisiones de las personas adultas se basan en actitudes y valores adquiridos en los primeros años de vida.

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Son los padres quienes gozan de esa relación de intimidad única que exclusivamente se da en el seno de una familia y que permite todo tipo de interrelaciones personales: de afecto, ayuda, orientación, soporte, etc., que influyen y modifican los comportamientos de todos sus miembros. Suele decirse que en una familia todos educan y son educados.

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Son, asimismo, los padres quienes están en mejores condiciones, a causa de su cariño desinteresado, de conseguir el crecimiento en autonomía de sus hijos y, por tanto, la madurez: un crecimiento en libertad y responsabilidad que solamente es posible, de manera armónica, cuando la familia soporta las decisiones personales, con su mezcla de aciertos y errores

Y es al elegir la escuela cuando la hacen partícipe de sus deseos, ideales, valores y objetivos educativos, aunque con frecuencia no los tengan ellos mismos suficientemente definidos o explicitados.

Establecen los padres con la escuela una particular relación de confianza, mediante la cual delegan autoridad, funciones, objetivos familiares, etc., en la institución a la que confían sus hijos.

La relación que se entabla entre familia y escuela es tan peculiar que sólo cabe situarla en el marco de la confianza- es la escuela, corno parte de la familia, una prolongación suya, adquiriendo así su pleno sentido.

Esa relación de confianza es la que determina, matiza y da forma al binomio familia - escuela, que debe estar marcado por una actitud de responsabilidad compartida y complementaria en la tarea de educar a los hijos. Ello implica una verdadera relación de comunicación donde padres y maestros establezcan una vía abierta de información, de orientación, sobre la educación de los hijos, constructiva y exenta de tensiones por el papel que cada uno de ellos desempeña.

En este sentido, la familia debe tener una actitud activa y participativa, más allá de las aportaciones puntuales de información sobre los hijos, en la medida que lo requieran los maestros: esto es, trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en orden a un proyecto común de educación.

Si no se produce ese acuerdo previo sobre cómo y para qué queremos educar a nuestros hijos, la disfuncionalidad en la relación padres-maestros y en el mismo proceso educativo, estará asegurada. Una escuela no puede limitar su actividad a los campos que sean de su exclusivo interés, sin atender a las necesidades de la familia. Esa peculiar relación de confianza-servicio es característica de la escuela, particularmente en los niveles de Primaria y Secundaria.


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